La actividad de crear significa producir algo de donde antes no había nada, por eso, muchos autores consideran a la creatividad como la capacidad de lidiar con lo desconocido. Para las empresas, el crear es una condición básica de supervivencia, pues la creatividad genera innovaciones en los productos y servicios.
Hay personas que creen que la creatividad es una condición nata, o sea, que estas personas, los seres humanos nacen creativos o no. No obstante, la realidad es que, para que una organización sea exitosa, se debe esforzar bastante en la creatividad, las empresas con muchas ideas innovadoras terminan por transmitir eso a los equipos de trabajo.
De esta manera, el primero pasa a estimular a las personas de la empresa para generar ideas o sugerencias. Una de las técnicas más utilizadas para generar ideas es la ¨Lluvia de ideas¨ o ¨Brainstorm¨, dando libertad a las personas para contribuir de forma significativa sin ser criticadas por los demás participantes. Algunos especialistas consideran que son tres los factores que una empresa debe adoptar para generar ideas creativas:
Barrera de la Creatividad:
Algunas empresas, en los momentos de crisis, pierden completamente el sentido de dirección e intentan amoldar el mundo a su modelo, y no lo contrario. Es por esto que una de las principales tareas del líder es crear un ambiente favorable, para la generación de ideas y soluciones creativas, hacer que sus colaboradores piensen.
Para facilitar esto, es necesario abolir las formalidades, pues es en un ambiente informal que la imaginación se libera. De esta forma, se debe acabar con las reverencias a las personas con cargos más elevados, un ambiente informal desafía las normas, la lógica y a las autoridades, así van surgiendo ideas de mayor valor para la empresa.
El buen humor, la alegría, las sonrisas, desinfectan el ambiente de las viejas ideas, de los prejuicios. Un ambiente más barullento, y claro, más innovador. La actitud del líder ante los cambios puede promover un ambiente de mucho movimiento, que desbloquea los dones de cada uno. De esta manera, el líder debe desafiar los procesos preguntando:
¿Por qué lo hacemos de esa manera?
¿Por qué no hacerlo de una manera completamente diferente?
Ante esto, el líder debe determinar las metas desafiadoras, energizando a los miembros de su equipo y remunerando a las personas para pensar, imaginar y soñar con una empresa y productos mejores.